jueves, 21 de febrero de 2013

LA REINA DEL FUEGO (OSHO-ZEN)





La Reina del Fuego es tan rica, tan reina, que puede permitirse dar. Ni siquiera se le ocurre hacer inventarios o guardar algo para más tarde. Ella dispensa sus tesoros sin limitaciones, aceptando y dando la bienvenida a lo más diverso para que participe en la abundancia, en la fertilidad y la luz que la rodea.

El hecho de sacar esta carta sugiere que tú también estás en una situación en la que tienes la oportunidad de compartir tu amor, tu alegría y tu risa; y al hacerlo descubres que te sientes incluso más lleno. No hay necesidad de ir a ninguna parte o de hacer un esfuerzo en especial. Te das cuenta de que puedes disfrutar de la sensualidad sin posesividad o ataduras, que puedes dar a luz tanto un hijo como un nuevo proyecto con la misma  y satisfecha sensación de creatividad. Todo lo que hay alrededor tuyo parece como si se estuviera unificando ahora. Disfrútalo. Enraízate en ello y deja que la abundancia en ti y a tu alrededor rebose.



COMPARTIR

A medida que vas hacia arriba, al cuarto centro, que es el del corazón, toda tu vida se convierte en un compartir el amor. La plenitud de amor se ha creado en el tercer centro: al alcanzarlo durante la meditación, te encuentras desbordado de amor, de compasión. Quieres compartirlo, y esto sucede en el cuarto centro, en el corazón.

Es por esto que, incluso en el mundo ordinario, la gente piensa que el amor surge del corazón. Para ellos es simplemente algo que han escuchado; no lo conocen porque nunca ha llegado a su propio corazón. Sin embargo, el meditador llega finalmente al corazón.

Cuando llega al centro de su ser, el tercer centro, una explosión de amor y comprensión, compasión y gozo, dicha y bendición, surge de repente en él con una fuerza  tal que golpea el corazón y lo abre. El corazón está justo en medio de tus siete centros: tres centros por debajo, tres centros por arriba; has llegado exactamente a la mitad.


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